INTERVENCIÓN PARA HOMBRES MALTRATADORES EN EL CENTRO BEATRIZ
Justificación de la intervención con maltratadores
La prioridad en la terapia ha sido el tratamiento de las víctimas. Aunque muchas mujeres se separan antes o en el transcurso de la terapia, aproximadamente el 30% de las tratadas y el 50% del total continúan viviendo con sus parejas. En estos casos, la terapia recibida por la víctima es necesaria, pero resulta insuficiente si no se actúa simultáneamente con el agresor. En caso contrario, existe un riesgo alto de que la situación de maltrato se reproduzca e incluso se extienda al resto de la familia (a los hijos pequeños especialmente) o a otra mujer en el futuro.
Por otro lado, el enfoque judicial del maltratador suele ser insuficiente ya que habitualmente es considerado un delito de faltas, que suele ser penado con multas, arresto domiciliario, o menos frecuentemente, con prisión por varios días. Estas actuaciones no han resultado disuasorias y en ocasiones han sido contraproducentes. En cambio, el tratamiento psicológico, siempre que sea asumido voluntariamente, parece ser la intervención más adecuada actualmente.
El tratamiento psicológico ha sido útil en casos en los que el maltratador es consciente de su problema y se encuentra motivado para modificar su comportamiento. Por el contrario, las tasas de éxito en pacientes derivados del juzgado y sometidos obligatoriamente son muy bajas.
Un reflejo de la resistencia al cambio es el autoengaño de “esta situación de violencia nunca más se va a producir”. Aunque existe el temor a perder a su mujer, los hijos y la perspectiva de futuro de soledad, así como el miedo a las repercusiones legales, puede actuar como un revulsivo, no hay motivación apropiada y la implicación al cambio de la conducta es escasa y fluctuante.
En este sentido, antes de iniciar la intervención, es necesario evaluar el grado de peligrosidad actual y el nivel de motivación para el cambio. Reconocer la existencia del problema es el paso previo para la terapia. Los hombres maltratadores pueden no ser culpables, pero sí responsables del daño producido a la mujer.
Fundamentación de los programas de tratamiento para maltratadores
Las conductas habituales del maltratador se desarrollan y mantienen por varias razones. Por eso, las técnicas de tratamiento no pueden ser homogéneas. No obstante, en la mayoría de los programas es necesario actuar terapéuticamente sobre los siguientes aspectos:
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Ansiedad/estrés |
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Celos patológicos |
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Consumo abusivo de alcohol |
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Déficit de asertividad y de comunicación |
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Déficit en resolución de problemas |
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Ideas distorsionadas sobre roles sexuales y sobre la violencia como forma de solución |
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Déficit de autoestima |
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Déficit en relaciones sexuales |
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Objetivo de la intervención
El objetivo de la intervención es enseñar las siguientes técnicas:
- Supresión temporal
- Problemas de celos
- Controlar hábitos de bebida
- Reevaluar sesgos cognitivos
- Relajación
- Habilidades de comunicación
- Afrontamiento de la ira
- Control de impulsos
El objetivo del tratamiento debe orientarse a el control de la violencia, al margen de la posible reconciliación conyugal, y no puede limitarse a la detención de la agresión física con alguna técnica del control de la ira. El maltrato psicológico, es más difícil de controlar y puede continuar una vez cesado el maltrato físico.
Factores asociados al éxito terapéutico
En concreto, las recaídas dependen más de las características personales de los maltratadores que del tipo de intervención.
Factores asociados al éxito terapéutico:
- Edad
- Situación económica desahogada
- Comienzo tardío de la violencia
- Realización de un mayor número de sesiones de pareja
Centro Beatriz
María Jesús Suárez Duque
Psicóloga y Educadora Social
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